Muy bien este es un ensayo que escribí a petición del Centro ELEIA como parte de la admisión al programa de maestría.
Esta es su versión original, el que entregue esta recortado porque no me fije que tenía un número específico de cuartillas.
El llano en llamas.
Quien con monstruos lucha cuide de convertirse
a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo
a un abismo, el abismo mira también dentro de ti.
Friedrich Nietzsche.
Dentro de una guerra o un conflicto, sin importar la magnitud de éste, no existen los justos, la justicia queda en un entre dicho ya que ambas partes creen ser justas, su lucha se mantiene bajo este precepto: “Lucho porque tengo la razón”, lucho porque la justicia me asiste, porque Dios lo aprueba, porque sin importar qué tengo la razón.
El llano en llamas es un ejemplo de esta situación, tenemos en la narración el punto de vista de un grupo revolucionario el cual lucha por… curiosamente no hay una justificación a su lucha en el cuento, el lector debe por cuenta propia y con base en sus conocimientos y valores inferir cuál es el motivo de esta gente. No existe un razonamiento o un lema que exprese con firmeza y fidelidad la postura de este grupo, sin embargo toda la parafernalia idealista y política no es necesaria dado que los actos y hechos que se narran son más que suficientes para hacerse una idea de la búsqueda de este pequeño batallón.
Haciendo un recorrido por los hechos narrados, por las observaciones realizadas por nuestro narrador, el Pichón, rellenamos aquello que no fue dicho en boca de los personajes. El silencio alrededor de los ideales es acallado por las acciones de los individuos: robo, secuestro, violación y asesinato son los resultados de sus motivos, motivos que se pueden apreciar en la satisfacción que provienen de la fama, el placer, la gloria y el engrandecimiento.
El lector no tiene modo de saber si desde un inicio el movimiento fue de esta manera, si siempre navego bajo la bandera de la autosatisfacción, únicamente la frase usada por el Pichón puede darnos un acercamiento al placer que conlleva formar parte del grupo de Zamora: “Ya nadie corría gritando: “¡Allí vienen los Zamora!”. Había vuelto la paz al Llano Grande”.”
Esta frase es significativa, ya que revela la relevancia que el prestigio ocupa en la mente del narrador, y de igual manera marca otro punto importante porque también nos dice que es el grupo Zamora el que perturba la paz en Llano Grande. No son un grupo que peleé por la gente ni en favor de ella, es un grupo que pelea por su bienestar y satisfacción, usando el tema de la lucha armada como un parte aguas entre la culpa de que sus acciones con llevan y los mismos deseos que llevan a cabo realizados.
Hasta este punto es conveniente hacer un pequeño resumen de lo expuesto en cuanto los motivos evidentes del texto para poder avanzar a un análisis distinto del cuento:
1) En una guerra no existe el bien y el mal, existen únicamente aquellos que participan en ella con la idea de ser justos.
2) El grupo Zamora en ningún momento presenta un manifiesto político o ideal, creando de esta manera un silencio alrededor de sus motivos.
3) Aunque hay falta de enunciación en los motivos del grupo, este silencio se hace a un lado por medio de las acciones que realizan y con ello una vista al placer que se hace presente en la “lucha”.
4) En el cuento se da por hecho que el grupo Zamora es un grupo revolucionario, sin embargo el motivo de sus movimientos y la culpa existente en el Pichón por sus acciones dejan más que claro que no estamos ante un cuento de la época revolucionaria protagonizada por caudillos sino por un grupo criminal.
La importancia de aclarar estos 4 puntos radica en la posibilidad de ahondar con más precisión en algunas características del cuento y, por tanto, de los personajes que en ella intervienen.
La ausencia del bien y del mal en el conflicto nos presenta una distinción entre ética y moral, es una diferencia entre lo personal y lo social y la forma en que estos dos se diluyen en situaciones extremas, siendo más claro, en situaciones donde los deseos personales y las normas sociales chocan y entran en un remolino donde se entre mezclan, enfrentan, se diferencian y al final una de ellas queda disuelta.
Tanto la moral como la ética están sujetas al efecto o ausencia de la castración y si hago esta distinción es debido a que la moral siempre estará sujeta a ella, a la impostura de la figura paterna y las leyes que él instaura; la ética de igual manera está influenciada por la castración, pero a la castración impuesta por el padre que uno reconoce como tal, del Ideal del Yo que se forja por castración.
Sin embargo propuse que también había un efecto de ausencia de ella, pero esta ausencia sólo se manifiesta en el plano de la ética, ya sea por una denegación o falta de instauración de la castración. La moral al estar sometida al acuerdo común de todos, sigue la lógica de la falta, ya que es en esa falta donde la ley puede hacerse lugar, de igual manera funciona en la ética neurótica o por castración.
Sin deseos de profundizar más en la problemática de la ética por denegación o ausencia de castración, sólo puntuare que aunque estos dos tipos de ética pueden presentar una mayor cantidad de conflictos con la moral, no se puede calificar a ninguna de ellas como “mala”, ya que este juicio sería una apreciación moral y en la ética el bien y el mal responden al placer personal, no al bienestar común.
Este rodeo alrededor de estos términos nos permite entender un poco más cómo funcionaba el grupo Zamora y también la culpa que se cierne sobre el Pichón al final de la obra, donde no sólo la culpa se hace presente sino un fenómeno aún más interesante se pone en funcionamiento.
El Pichón y sus compañeros se manejan bajo las leyes y los deseos que se ven representados en Zamora, el deseo de mujeres, de dinero y de gloria, todas sus acciones están fundamentadas en la figura de su líder y lo que este les representa, haciendo que la ética de cada quien se subyugue a la moral instaurada por aquel que esta sobre ellos, aquel que porta una verdad y una salida para sus deseos.
Las razones del por qué son un grupo criminal y no un grupo revolucionario no pueden ser evidenciadas a través de la lectura rápida del cuento, es en el cuestionamiento y la duda que estas razones se pueden hacer presentes. Es cierto que en los tiempos de guerra la gente sufre y la desdicha puebla las calles y hogares de todos los habitantes, pero no por ello las elecciones tienden a hacer las mismas, la posibilidad de unirse a un grupo está en concordancia con las aspiraciones de los miembros, aspiraciones que se sintonizan con el líder que tienen frente, la seducción se hace presente y las decisiones son influenciadas por una figura que se considera el depósito de las respuestas.
Pero los efectos de este fenómeno se disuelven cuando el líder desaparece, la cohesión del grupo se desvanece, la motivación disminuye, las acciones se congelan y el yo vuelve a ser un elemento individual, y al recobrar su individualidad la ética personal se hace presente nuevamente, sale a exponer las prohibiciones que habían sido levantadas y es cuando entra en acción la culpa.
El Pichón es el representante de este fenómeno. Al ser vencido y abandonado el personaje vuelve a insertarse bajo la moral del estado y dentro de ella la reflexión acerca todas sus fechorías comienzan a reprocharle sus actitudes y acciones, el “no debiste” lo apalea y la culpa hace nido en su conciencia.
El que una mujer lo esperará y lo recibiera después de pagar sus culpas podría haber sido una bendición para él, era un perdón muy particular porque iba acompañado del amor, esa mujer lo amaba a pesar de todo lo que hizo. La aparición de un hijo suyo se volvía también una salvación y esta salvación la quiere encontrar en la mirada del hijo, un hijo suyo que tuviera una mirada igual de malvada a la suya, donde la maldad residiera y de esta forma le perdonara su naturaleza.
Sin embargo esta salvación es falsa, su intento fracasa en el momento en que su futura mujer le revela la falta de esa maldad en él hijo y al mismo tiempo le vuelve a recordar sus propias faltas, ante esta realidad tan impactante, tan pesada, el Pichón no tiene otra reacción mas que agachar la cabeza, porque la conciencia siempre le recordará que es un hombre malo.
El cuento de Juan Rulfo es rico no sólo en su estilo literario que nos evoca a la clase pobre y oprimida, también es rica en la elaboración de los personajes que no se alejan de lo humano. Sus personajes son seres humanos presentes en toda falta, no hay un ser que pueda ser deidificado, que pueda ser vanagloriado, al contrario, son personajes que son capaces de recordarle al lector las carencias que siempre hay en nosotros, no hay bien y mal, no hay justicia e injusticia, sólo hay personas que viven para vivir, alimentando sus deseos sin importar la cualidad de estos.
Y un reflejo de la humanidad del cuento se encuentra en que ningún personaje puede escapar de su responsabilidad, la satisfacción del deseo tiene consecuencias y de estas consecuencias no hay forma de hacerse a un lado. Podemos analizar todo lo que queramos las razones y motivos que llevaron por un camino a los personajes, pero parafraseando a Fromm: podemos conocer toda la historia, podemos conocer todas las razones, podemos entender al individuo, mas ello sólo explica el por qué de sus actos, no los justifica… Juan Rulfo sabía esto y sus personajes también.