Muchas son las preocupaciones que surgen alrededor de la paternidad, acerca de qué es lo correcto y cual es lo incorrecto, hasta dónde se deben porner los límites, cuán necesarios son los castigos, entre otras cosas; la película de Coraline nos da una pequeña muestra de las diferencias de la educación en los niños y sus consecuencias.
Cuando esta película fue expuesta en los cines me causó gran curiosidad el cómo los niños disfrutaban de ella en comparación con los adolescentes y adultos que también la vieron. Mientras los niños la disfrutaban y se divertían, el otro grupo se mostraba a veces incomodo y con dificultad para realizar algún comentario respecto a ella, y es que la película nos muestra una sitaución por la cual muchos pasamos de niños y que hace que afloren esos pequeños temores de ser devorados por nuestra madre, en otras palabras el peligro de haber podido caer en la psicosis.
Pero ¿qué tiene que ver una película infantil con la psicosis? bueno es algo sumamente normal, ya que es una posibilidad por la que todos pasamos y en la que una mala paternidad puede ser sumamente perjudicial para los pequeños. La película de Coraline maneja muchos simbolismos alrededor de la desaparición de la identidad del niño al rendir su deseo ante el deseo materno, y esto queda representado por la dualidad de la realidad en cada lado de la puerta por la cual atraviesa Coraline.
En su mundo original Coraline cuenta con unos padres, que si bien parece que no la comprenden y la dejan insatisfecha ellos la cuidan y la atesoran. Las prohibiciones a las cuales someten a Coraline son un espacio en el cual ella puede expresar su deseo y hacer constancia de ello, le permiten la frustración, le permiten el enojo, le permiten un espacio personal donde ella puede expresar su deseo.
Aunque parezca una paternidad fría y cruel, es una paternidad con tantos errores que le permiten a la niña hacerse de su identidad, le permiten el movimiento, los errores que tienen los papás, esos huecos que ellos dejan, son los huecos de los cuales ella hace su espacio, ya que estos huecos la motivan a buscar la satisfacción de su deseo por cuenta y medios propios, la búsqueda de su propia satisfacción es también el desarrollo de su independencia.
Sin embargo el otro lado de la puerta es una historia completamente distinta y es desde el pasaje por el cual ella llega donde se puede apreciar este retorno al deseo materno. Una puerta que por medio de un tunel que hace alusión a un retorno al utero, Coraline literalmente vuelve a nacer en el otro mundo, un mundo donde la madre tiene el poder absoluto, donde sus ordenes son seguidas al pie de la letra y es capaz de satisfacer cualquier deseo, una madre sin falta.
En este nuevo mundo la madre no tiene ni una sola falla, no hay algo que ella no pueda realizar y con ello también puede realizar cualquier deseo de Coraline. El papá se encuentra completamente subordinado a ella, incapaz de desobedecerla o contradecira, simplemente se dedica a obedecer, su autoridad es nula. Un padre que es capaz de interceder entre la relación madre-hijo es un padre que no cumple con su función principal que es la de castración, la separación de este vínculo que es necesaria para que el niño obtenga un lugar como sujeto al ser capaz de saber de su deseo.
El primer personaje que da muestra de las consecuencias de una madre perfecta es el otro yo de su amigo (del cual no recuerdo su nombre). Un niño que se halla con la boca sellada, incapaz de articular palabra y por tanto fuera del lenguaje, fuera del orden de lo simbólico. Un niño que no habla es un niño que siempre esperará a que alguien más lo haga por él, que articule su deseo por él, esto debido a que su madre es capaz de reconocer lo que él quiere así que no es necesario que hable en lo absoluto. La supresión del habla, o mejor dicho, la supresipon del lenguaje es cerrar la puerta a la falta, a lo simbólico, y de la capacidad de la búsqueda de la satisfacción propia.
La constante atención de su otra mamá, los regalos constantes, el amor que le ofrece sin rechistar y sin reproches tiene un precio muy alto, que en este caso se ve revelado en la demanda de los ojos de Coraline. Antiguamente los ojos eran considerados la ventana del alma, ya que estos son los que le permiten al ser humano reconocer el mundo y también reconocer a los demás y es justamente el reconocimiento del mundo y de los demás un paso muy importante para la construcción de la imagen propia, la visión de lo otro y nosotros ayuda a establecer los límites entre uno y los otros.
El sacrificio de dar los ojos a cambio de no necesitar buscar implica la rendición del sujeto al deseo del Otro, la madre se vuelve el deposito de todas las preguntas y de todas las respuestas, todo se hallá en ella y para obtener esto hay que mantener contenta a mamá para que nos siga bañando en sus favores y, peor aún, el nilo entiende que sólo por medio de su mamá podrá seguir vivo, sin ella la muerte es la única opción.
El rechazo de Coraline a la rendición de su individualidad al deseo de la madre es cuando la otra mamá muestra su verdadera forma: una araña. Mejor representación de una madre fálica (una madre sin falla) es una araña dado que las arañas tienen características muy especiales, entre ellas estan la posibilidad de poner numerosos huevos, y por tanto una capacidad increíble para la producción; la otra característica es que las arañas pueden ser heridas y no por ello moriran, es decir, a una araña le puedes cortar una, dos o todas sus patas y la araña seguirá con vida, es una existencia cosntante y al parecer inmortal.
Una madre fálica justamente se muestra de esta manera: implacable, omnipotente, inmortal. La castración no existe en ella, no hay forma de oponerse a ella, no hay forma de vencerla, nuestro destino inevitablemente será ser devorados y vivir dentro y a partir de ella, sin escape, sin opción para elegir una vida por nosotros mismos. Este es el estado de la psicosis, un estado donde el sujeto se ve subyugado eternamente al deseo del Otro, las alucinaciones, los delirios, la desconexión con la realidad son el recordatorio del control completo del Otro sobre nosotros.
Es cierto que hay paternidades mas beneficiosas que otras, unas tendran más fallas que otras, unas nos lastimaran más que otras, sin embargo la paternidad más peligrosa es aquella donde la madre sostiene todo el poder, donde es omnipotente, omnipresente, omnisapiente y el padre solo un peón más en su juego de poder, en su juego de ser perfecta sin fallas donde nostros podamos hacer duda, un terreno dónde podamos cuestionar y saber que tenemos un deseo propio.